quarta-feira, 17 de novembro de 2010

Midiendo el deshielo




Midiendo el deshielo

Con el calentamiento global golpeando duramente a la meseta tibetana, los científicos se reúnen para planificar una campaña de investigación internacional para comprender y mitigar los cambios en el ‘tercer polo’.

Jane Qiu
NATURE NEWS
10 de noviembre 2010

Frío, remoto y amenazado por el calentamiento global: la descripción se aplica no sólo a los
Polos Norte y Sur, sino también a una región de más de cinco millones de kilómetros cuadrados,
centrada en la meseta del Tíbet y el Himalaya, que los investigadores llaman el tercer polo (véase Nature 454, 393-396, 2008). Después del ártico y de la antártida, la región cuenta con
el depósito más grande de hielo de la tierra, con más de 46,000 glaciares y vastas extensiones de permahielo. Sin embargo, está mucho menos estudiado que sus contrapartes de altas latitudes, a pesar de que muchas más vidas dependen de él.

El tercer polo es también conocido como la torre de agua de Asia, debido a que sus glaciares alimentan a los ríos más grandes del continente, que sustentan a 1.5 billones de personas en diez países. Los glaciares se están derritiendo rápidamente, llenando lagos que pueden desbordarse e inundar valles. Sin embargo, poco se sabe sobre cómo el cambio climático se está desarrollando allí. Para intentar corregir esta situación, el Medio Ambiente para el Tercer Polo (TPE por sus siglas en inglés), un programa internacional dirigido por la Academia China del Instituto de Ciencias de Investigación de la Meseta Tibetana (ITP por sus siglas en inglés) en Beijing, celebró su segundo seminario el mes pasado en Katmandú. Los investigadores de la región hacían planes para llenar el vacío en el conocimiento, y discutieron los hallazgos que se suman a la urgencia.

"Todo el mundo está haciendo un trabajo importante en toda la región, pero no está claro cómo estos encajan juntos", dice Yao Tandong, director del ITP y presidente del comité de ciencia del TPE, que ayudó a organizar el taller. "La única manera de avanzar es que la comunidad internacional trabaje unida, para evaluar los riesgos asociados con el cambio climático".

Mientras que la población de la región se desarrolla, la principal prioridad de los investigadores es entender la situación y el destino de los glaciares que son una fuente vital de agua potable. El año pasado, una afirmación en el informe del 2007 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), que indica que los glaciares del Himalaya podrían desaparecer para el año 2035 resultó ser un error (véase Nature 463, 276-277, 2010). Pero los participantes en el taller argumentaron que la preocupación más amplia del IPCC por la rápida pérdida de hielo glaciar del Himalaya era correcta. "No hay duda de que muchos de los glaciares en la región están retrocediendo rápidamente", dice Baldev Raj Arora, ex director del Instituto Wadia de Geología del Himalaya en Dehradun, India.

Pero no está claro exactamente qué tan rápido, o cómo esto afectará a los recursos hídricos, porque no hay un inventario de los glaciares para toda la región. Por sí solos, los estudios de satélite ofrecen sólo una estimación aproximada de la superficie glaciar, y la lejanía, la altitud y las condiciones del severo clima dificultan la medición de la tierra.

La evidencia disponible es reveladora. Usando una combinación de mediciones por satélite y terrestres, el equipo liderado por Liu Shiyin, glaciólogo de la Academia China de Ciencias Ambientales de regiones frías y áridas, y el Instituto de Investigación de Ingeniería de
Lanzhou, acaban de terminar el segundo inventario nacional de glaciares de China, documentando unos 24,300 glaciares y registrando características, tales como su ubicación, longitud y área de superficie. Esto muestra que la superficie total de los glaciares se ha reducido en un 17% y que muchos han desaparecido desde que se inició el último inventario, hace aproximadamente 30 años.

Para hacer una mejor estimación de estos cambios, los investigadores también han medido el volumen de hielo y el balance de masa, de los glaciares representativos de diversas partes de los Himalayas. Estos arduos estudios, realizados a menudo en altitudes superiores a los 5,000 metros; muestran que "el impacto del cambio climático en algunos glaciares del Himalaya, es mucho peor de lo que se pensaba", dice Tian Lide, glaciólogo del ITP. El expansivo glaciar Kangwure en la vertiente norte de Monte Xixiabangma en el sur del Tíbet, por ejemplo, ha perdido casi la mitad de su hielo desde la década de 1970, y su espesor medio se ha reducido en 7.5 metros.

La mayoría de los glaciares en el Himalaya de la India, que han sido estudiados en detalle también están perdiendo masa, dice Arora. En todo el tercer polo "existen anomalías regionales, pero el equilibrio de la evidencia sin duda apunta hacia una tendencia de retiro rápido", con lo cual está de acuerdo Lonnie Thompson, un glaciólogo en la Universidad Estatal de Ohio en Columbus y co-presidente del Comité de Ciencia del TPE.

Peaje de carbono

Una de las causas de la retirada, es la cantidad creciente de hollín ‘humo negro’ generada por los combustibles fósiles y la quema de biomasa. Xu Baiqing, un científico del medio ambiente del ITP, que midió 50 años en los niveles de humo negro en los núcleos de hielo de cinco glaciares en diversas partes del el Himalaya, y encontró que el aumento de las emisiones desde la década de 1990, coincide con el rápido crecimiento industrial en la región. Angela Marinoni, una científica del clima del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y el Clima en Bolonia, Italia, y sus colegas encontraron altas concentraciones de aerosoles, así como de humo negro, por encima de los 5,000 metros en el Himalaya de Nepal, lo que causó un calentamiento atmosférico significativo. Ellos calculan que la deposición de humo negro puede aumentar la fusión de la nieve y el hielo de un típico glaciar del Himalaya del 12 al 34%, reduciendo su capacidad para reflejar la luz.

Como consecuencia, los lagos glaciales son cada vez más grandes y más numerosos, causando más inundaciones. Un estudio dirigido por Yongwei Sheng, un ecologista de la Universidad de California en Los Ángeles, muestra que la zona de tales lagos en la meseta se ha incrementado en un 26% desde la década de 1970, con un efecto devastador para los pastizales circundantes. La explosión de lagos glaciales ha causado más de 40 inundaciones en el Himalaya desde la década de 1950, y habrá probablemente más en las próximas décadas, dice Pradeep Mool, un especialista en teledetección en la Conferencia Internacional Centro para el Desarrollo Integrado de las Montañas (ICIMOD por sus siglas en inglés) en Katmandú. Una encuesta del ICIMOD lista más de 20,200 lagos de origen glaciar en la región; doscientos son "potencialmente peligrosos" y necesitan de una estrecha vigilancia y un sistema de alerta temprana, dice Mool.

Hasta ahora, los científicos que tratan de predecir el futuro de los glaciares han tenido poco que hacer. Por una razón, dice Thompson, "los glaciares responden al cambio climático de manera diferente dependiendo de su tamaño, distribución de altitud, superficie cubierta de escombros y las características del valle". Y poco se sabe acerca de cómo está cambiando el clima en todo el tercer polo.

Yang Kun, un científico del clima en el ITP, encontró que muchas mediciones vía satélite
del balance de radiación de la Tierra - el equilibrio de la radiación solar entrante y el calor saliente –no funcionaba bien en las altas elevaciones del tercer polo, porque los instrumentos son típicamente calibrados y verificados con los datos de las tierras bajas. Estos pueden ser corregidos mediante medidas de campo, pero en toda la región, únicamente existen 16 estaciones meteorológicas por encima de los 5,000 metros.

Los investigadores tampoco pueden confiar en los modelos del clima. Utilizando los datos del tiempo de la única estación a 8,000 metros ubicada en el paso del Collado Sur, entre el monte Everest y Lhotse; Kenichi Ueno, un científico del clima en la Universidad de Tsukuba, Japón, mostró que los modelos climáticos mundiales no predicen bien el flujo de humedad y la radiación, a gran altura, especialmente cuando hace calor o durante la temporada del monzón. "Si usted quiere saber cómo afecta el clima los glaciares, tales detalles son cruciales" dice él. "Es muy importante contar con observaciones de más elevadas altitudes en toda la región."

Un esfuerzo conjunto

El comité de ciencia del TPE pronto redactará un borrador de un programa de investigación para documentar los efectos del cambio climático en los glaciares, el permafrost, los recursos hídricos, la biodiversidad y la población. El plan, que debe concluirse en el otoño de 2011, convocará expediciones conjuntas al Himalaya y a la meseta tibetana, y para tener estaciones de investigación multidisciplinarias a través de la región, para cubrir las principales zonas geológicas y los regímenes climáticos, así como los ríos importantes y las cuencas lacustres. Una vez que los costos se hayan definido, el comité buscará el apoyo de agencias financieras nacionales e internacionales.

La parte más importante del plan es contar con un depósito común de datos, dice Volker Mosbrugger, director de Mundo Senckenberg de la Biodiversidad, una coalición de institutos de investigación y museos de Frankfurt, Alemania, y el otro co-presidente del comité de ciencia de la TPE. Pero las rivalidades nacionales pueden interponerse en el camino, especialmente cuando los datos compartidos se refieren a recursos de agua. "Si es posible contar con una base de datos central y en ejecución, determinará si el programa puede ir más allá de su retórica", dice Gregorio Greenwood, director de la Iniciativa de Investigación de la Montaña de la Universidad de Berna. "Este será un gran desafío."


El comité elaborará una política que se negociará entre los países interesados en el programa, permitiendo a los científicos compartir información, pero dejando de lado lo que esté considerado como políticamente sensible. "Sin el trabajo conjunto y la puesta en común de los datos de todo el tercer polo", dice Yao, "la comprensión global de los mecanismos de impacto sobre el clima y la retroalimentación podría ser imposible".

Jane Qiu en Katmandú, Nepal.

Traducido al español por Lorena Wong.

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