La última entrevista que concedió Gabriel García Márquez
Gabriel García Márquez murió este jueves en su casa en México.
Foto: AFP
El diario español 'La Vanguardia', se quedó con las últimas palabras de Gabo para un medio.
En 2005, Gabriel García Márquez recibió en su casa a Xavi Ayén, periodista español quien tendría la última entrevista que el Nobel le concedería a un medio y en la cual, entre otras cosas, reveló que ya no estaba escribiendo."Este año 2005 me lo he tomado sabático. No me he sentado ante la computadora. No he escrito una línea. Y, además, no tengo proyecto ni perspectivas de tenerlo. No había dejado nunca de escribir, este ha sido el primer año de mi vida en que no lo he hecho. Yo trabajaba cada día, desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde, decía que era para mantener el brazo caliente..., pero en realidad era que no sabía qué hacer por la mañana", dijo y agregó que ya tampoco se despertaba por la noche asustado, tras haber soñado con los muertos de los que me hablaba su abuela en Aracataca, cuando era niño, y –concluyó- “creo que eso tiene que ver con lo mismo, con que se me acabó el tema".
Sobre una segunda publicación de sus memorias, respondió que no valdría la pena mencionar ciertas relaciones personales que no recordaba con buenos ojos. “El primer tomo, Vivir para contarla, es exactamente lo que yo quería. En el segundo, me encontré una cantidad de gente que tenía que aparecer, y que, caramba, no quiero que estén en mis memorias. No sería honrado dejarles fuera, porque fueron importantes en mi vida, pero no me caen simpáticos”, contó.
Acto seguido, la pregunta que vendría a lugar sería sobre su enemistad con el peruano Mario Vargas Llosa luego de que este último le propinara un puñetazo en público en 1967 y sobre una posible reconciliación, a lo que se tomó la palabra su mujer, Mercedes Barcha: “Para mí ya no es posible…hemos vivido tan felices estos treinta años sin él que no lo necesitamos para nada", y se atribuyó la frase concluyendo que Gabo era mucho más diplomático para referirse en esos términos.
Como en otras ocasiones, el escritor hizo referencia a la fama como una condición que condena a las personas a la soledad. "La fama estuvo a punto de desbaratarme la vida, porque perturba el sentido de la realidad, tanto como el poder”.
Y acerca de su conocida timidez, el Nobel terminó la entrevista con esta frase: "¿Mi timidez? Tengo la gran ventaja de que ahora la gente entra en esta casa ya intimidada… y así me va mejor".
Con información de La Vanguardia
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